¡Ay, los bares... qué lugares! (HOMENAJE A LOS BARES I)
EL CALOR DEL AMOR EN UN BAR
GABINETE CALIGARI
Amor, la noche ha sido larga y llena de emoción, pero amanece y me apetece estar juntos los dos. Los bares, que lugares tan gratos para conversar. No hay como el calor del amor en un bar. Amor, no he sabido encontrar el momento justo pues con el frío de la noche no estaba a gusto. Mozos, ponga un trozo de bayonesa y un café, que a la señorita la invita Monsieur. Y dos alondras nos observan sin gran interés. El camarero está leyendo el "As"con avidez. Los bares, que lugares tan gratos para conversar. No hay como el calordel amor en un bar. Amor, aunque a estas horas ya no estoy muy entero, al fin llego el momento de decirlo:"te quiero"Pollo, otro bollo no me tenga que levantar. No hay como el calor del amor en un bar. Jefe, no se queje y sirva otra copita más. No hay como el calor del amor en un bar. El calor del amor en un bar el calor del amor en un bar.
Gracias a Canichu, Espía del Bar, por la idea.
6 Comments:
Verás, Canichu, es que yo he sido muy de bares (en realidad, dos, éramos de la parroquia habitual)
Pues va a ser que sí. ¡Jo qué noches las del bar!
Pues yo soy habitual de muchos bares, aunque últimamente sobre todo de uno llamado La Vaca Flaca. Algún día haré la lista de bares en mi vida en el blog, aunque no sé cuando. Por otra parte, la marca del coche del '33 que iba a usar para llevar alcohol a tu concierto clandestino de jazz, armado con una metralleta thompson por si la bofia, va a ser un Packard.
Un Packard... Perfecto. ¿Podríamos huir en él en caso de necesidad?
Y otra cosa, cambiando de tema: como no sé si has entrado en mi otro blog, te aviso por medio de este comentario de que acabo de inaugurar un local virtual, el Club Café Olé, para los amigos; así que allí te espero, de contertulio.
¡Ah! Mis bares han ido cerrando uno tras otro con el paso de los años. Hoy día jode el espíritu pasar junto a aquel bar que hoy es una tienda de electrodomésticos... Miraré por el café Olé.
Mira, el primer día que pasé por el bar de mis entrañas y lo vi cerrado, me dio un pellizco el corazón. Al cabo de los años me he acostumbrado, pero al principio...
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