¡Hala, a buscar otro pretexto!

Se acabó la erótica del cigarrillo. Ya no vamos a poder utilizar la estrategia "¿Tienes fuego?". Ni la de llevar mechero aunque no seamos fumadoras sólo por si algún hombre atractivo nos hace esa misma pregunta. Ahora, cuando oigamos esa frase, sólo podremos darle una interpretación, se ha terminado ya ese juego del doble sentido. ¡Ay, qué lástima! ¡Con el juego que daba...!

Escenas como la de esta foto no podrán ya repetirse. Menos mal que no sois de esta época, pareja; de serlo, no nos habríais deleitado con esta escena, ni con una similar en "Tener y no tener". ¡Ay, de verdad, qué lástima!